CAPÍTULO VI: Los protegidos de la alcaldesa

Staff Al Día Ags

Desde Congreso del Estado se ha revivido uno de los más oscuros capítulos de la Policía Municipal, el asunto de los siete detenidos que fueron prácticamente secuestrados de las instalaciones del C4 para posterior a ello además de ser golpeados salvajemente fueron abandonados en una terracería.

En este mismo espacio hemos dado cuenta de cada uno de los casos de manera individual, y en esta ocasión al hacer una investigación más profunda y al contar con la documentación del expediente correspondiente a la queja y denuncia ante las autoridades correspondientes, el caso se torna aún más tenebroso.

Aunado al asunto de los detenidos que según los dictámenes al haber sido sometidos al llamado Protocolo de Estambul se corroboró que en dos de los casos sí existió tortura, mientras que el resto de las víctimas fueron sometidas a tratos crueles y/o inhumanos, existe el tema de los normalistas de Tripetío, Michoacán, del cual, transcurridos dos años de los hechos, se concluyó que sí existió tortura por parte de los policías municipales hacia los estudiantes.

Lo escandaloso de ambos asuntos, es que en el expediente sale a relucir una mafia que en ese entonces se daba en la Secretaría de Seguridad Pública del Municipio de Aguascalientes, que pese a que en ese entonces era el titular del área, José Héctor Benítez López, eran el director de la Policía Municipal, Elías Moisés Manzur Constantino; Alfonso Ruvalcaba Jiménez (primo de la alcaldesa María Teresa Jiménez Esquivel); y la contralora municipal, Leticia Fabiola Rangel, quienes realmente tenían el control de la corporación, esto con el consentimiento de la presidenta municipal.

Estos tres personajes eran –con la anuencia de la alcaldesa- los que tomaban las decisiones al interior de la Policía Municipal, llámese bajas o altas de elementos, en el caso de Elías Manzur y Alfonso Ruvalcaba, además se conducían de forma autónoma, situación que provocó que privara el caos y la indisciplina en la Secretaría de Seguridad Pública Municipal.

Sin embargo, al tener la protección de la primer edil, esta situación llegó al grado que Héctor Benítez haya decidido presentar su renuncia –sin fecha-  al cargo a su jefa directa, para que ésta la hiciera efectiva cuando creyera conveniente.

De los hechos de los detenidos, dentro de las declaraciones, destaca la del entonces titular de la Policía Municipal, que en su comparecencia señaló, “el Lic. Alfonso Ruvalcaba Jiménez era quien en esos momentos  administraba el recurso humano, material y financiero de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal tuvo conocimiento y facilitó los recursos para los hechos del día cinco de julio del año dos mil diecisiete que se investigan, que todo el personal que operó en esos hechos tuvo un beneficio por parte del Comisario Elías Moisés Manzur Constantino, director de la Policía por ser impuestos por él y por la C.P. Leticia Fabiola Rangel Núñez, contralora municipal”.

Asimismo refirió su inconformidad ante la actuación fuera de norma que se había estado presentando en la corporación que estaba a su cargo, y que el motivo de presentar su renuncia al cargo obedeció principalmente a ese tema, en razón de que él nunca aprobó y mucho menos fue partícipe de dichas irregularidades.

De esta forma, el entonces mando policiaco –Héctor Benítez- dio cuenta de  la existencia de una mafia de corrupción al interior de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal, de la que eran los protegidos de la alcaldesa Teresa Jiménez, los jefes de esta red que propiciaba el mal ejercicio de las funciones de la corporación.

Moisés Elías Manzur y la alcaldesa Teresa Jiménez