Redacción.-

El Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit) ha detectado 654 mil viviendas abandonadas en todo el país, muchas de ellas susceptibles de ser rehabilitadas para su posterior venta. Por lo que dicha institución, según dio a conocer recientemente su titular, Carlos Martínez Velázquez, ya trabaja en un programa de recuperación en colaboración con la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu).

Dichos inmuebles fueron deshabitados porque los derechohabientes no pudieron seguir pagando debido al esquema manejado por la anterior administración federal, o quedaban demasiado alejados de los centros urbanos.

En este tenor, alrededor de 20 mujeres encabezadas por la señora Cecilia Barroso, de la Central Unitaria de Viviendas, que dirige a nivel nacional el profesor César del Pargo, se manifestaron pacíficamente ante la Delegación Estatal de Programas Integrales para el Desarrollo en Aguascalientes, donde de inmediato fueron escuchadas por instrucciones de su titular, Aldo Emmanuel Ruiz Sánchez, ausente en esos momentos por sus diferentes actividades en campo.

La señora Barroso y sus compañeras, todas trabajadoras tanto con empleos formales como dedicadas al pequeño comercio (formal e informal), expresaron su preocupación por la falta de casas propias donde vivir con sus familias, seguras y sin la incertidumbre de que en un futuro se queden de nuevo sin un techo o deban continuar pagando rentas cada vez más inasequibles.

Por ello, informaron que al mismo tiempo se estaban manifestando a nivel nacional, con el fin de solicitar que se les contemple para, una vez que se concrete el proyecto de rehabilitación de las viviendas abandonadas y vandalizadas, les otorguen las facilidades pertinentes en cada caso para adquirirlas, lo que representará un patrimonio para estas mujeres y sus dependientes.

“No pedimos que nos regalen nada, sino el apoyo para poder adquirir una casa de acuerdo a las posibilidades de cada una. Con ello, se evitará también el vandalismo, la ocupación de estas casas por delincuentes, su utilización para el consumo y venta de drogas, y al ser habitadas por familias de bien, se contribuirá a la pacificación de las colonias donde se encuentran”.

Después de manifestar sus inquietudes, su válido interés por la adquisición de una vivienda digna y segura, y con la seguridad de haber sido escuchadas y de que sus peticiones serán canalizadas ante las instancias correspondientes, las mujeres se retiraron con el compromiso de presentar próximamente una lista de las solicitantes con todos sus datos y en la que se especifiquen sus circunstancias personales a fin de que sean estudiadas y se les den opciones para su resolución.