Por El Vigía

MEN-TI-RO-SOS fue como ‘la Secretaría de Seguridad Pública Municipal de Aguascalientes’ prácticamente  llamó a los hermanos Pedro e Isidoro, ambos de apellidos Armendáriz García.

¿De qué trata esto?, pues resulta que este domingo se difundió información en donde se afirmó que policías municipales dejaron como ‘Santo Cristo’ al ex diputado federal y ex alcalde de San José de Gracia, Pedro Armendáriz.

De ello, en boletín de prensa –adjudicado a la corporación- se deslinda a los ‘muchachos’ de Antonio Martínez Romo (secretario de Seguridad Municipal) de la salvaje golpiza que aseguran sufrió el ex legislador federal panista.

En el comunicado en el que se señalan varios argumentos de tiempo y lugar para desmentir la información, se refiere que los hechos fueron denunciados por Isidoro Armendáriz García “quién (sic)  acusa a elementos de la Policía Municipal de Aguascalientes de haber agredido a su hermano Pedro Armendáriz García en las primeras horas del día 25 de abril”, se lee como parte del texto.

Y finaliza, “La Secretaría de Seguridad Pública Municipal de Aguascalientes reitera la total coordinación con la Fiscalía General del Estado para las investigaciones pertinentes e invita al denunciante a que se presente ante la Dirección de Asuntos Internos y ante el Secretario de Seguridad Pública Municipal de Aguascalientes para atenderlo y poder apoyarlo en las investigaciones pertinentes”.

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Pero como en toda historia, hay varias versiones, fue el ex delegado de la Sedatu en Aguascalientes,  Isidoro Armendáriz, quien a través de las redes sociales expuso varios puntos, siendo el principal: “No puse ninguna denuncia. Quien lo hizo fue mi hermano Pedro, como afectado”.

Asimismo, el también ex presidente del PRI en Aguascalientes dice confiar plenamente en la autoridad y en la ley; además afirma no tener interés alguno en que se politice el asunto y destaca que su hermano Pedro se encuentra bien.

Añade, “no tengo información fidedigna, porque no estuve en el lugar de los hechos; no me presto a conjeturas que alteren la verdad; lo que más deseo es vivir en un país donde el Estado sea custodio de la sociedad”, y remata, “agradezco las muestras de solidaridad conmigo y mi familia”.

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Respecto a los hechos, la víctima (Pedro Armendáriz) en la denuncia con folio CI/AGS/09656704-20 presentada ante el Ministerio Público en contra de policías municipales, refiere que los `muchachos’ de Antonio Martínez Romo además de golpearlo, lo amenazaron; aunque se desconoce qué fue lo que provocó tal acción.

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A todo esto de municipales golpeadores, abusivos, torturadores y esas cosas, cabe señalar que se cuentan por cientos las quejas presentadas ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDHA), entre ellos se encuentra el asunto de los normalistas de Tripetío, Michoacán, del cual, se concluyó que sí existió tortura por parte de los elementos municipales hacia los estudiantes.

Además existen expedientes de otro de los más oscuros capítulos de la corporación, el asunto aquel de siete detenidos que fueron prácticamente secuestrados de las instalaciones del C4 para posterior a ello además de ser golpeados salvajemente ser abandonados en una terracería. Cuyos dictámenes al haber sido sometidos al llamado Protocolo de Estambul se corroboró que en dos de los casos sí existió tortura, mientras que el resto de las víctimas fueron sometidas a tratos crueles y/o inhumanos.

Incluso en los expedientes de ambos casos  salió  a relucir una mafia que en ese entonces se daba en la Secretaría de Seguridad Pública del Municipio de Aguascalientes, que pese a que en aquel tiempo era el titular del área, José Héctor Benítez López; y además era director de la Policía Municipal, Elías Moisés Manzur Constantino; Alfonso Ruvalcaba Jiménez (primo de la alcaldesa María Teresa Jiménez Esquivel); y la contralora municipal, Leticia Fabiola Rangel, eran quienes realmente tenían el control de la corporación, esto con el consentimiento de la presidenta municipal.

Esta situación llegó a grado tal que Héctor Benítez se decidió  presentar su renuncia –sin fecha-  al cargo a su jefa directa, para que ésta la hiciera efectiva cuando creyera conveniente. Y refirió que el motivo de presentar su renuncia al cargo obedeció principalmente a ese tema –de los siete detenidos torturados-, en razón de que él nunca aprobó y mucho menos fue partícipe de dichas irregularidades.

Fue así que el  entonces mando policiaco –Héctor Benítez- dio cuenta de  la existencia de una mafia de corrupción al interior de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal, de la que eran los protegidos de la alcaldesa Teresa Jiménez, los jefes de esta red que propiciaba el mal ejercicio de las funciones de la corporación.

Todo lo anterior, forma parte de una serie de publicaciones de Al Día Ags -sustentadas en expedientes de la CEDHA-, y que sirven para hacer memoria de las andanzas de los elementos de la Policía Municipal.

Juzgue Usted.

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Seguimos en Vigía…