• El primer día de clases en Chile, a Pedro Israel Reyes López y a sus compañeros les notificaron que no sería posible tomar sus clases presenciales por la contigencia sanitaria.
Redacción.-
El Programa de Movilidad Académica de la Universidad Autónoma de Aguascalientes, es uno de los servicios de la institución que despierta mayor interés entre nuestros estudiantes con cerca de 650 solicitudes al año para participar. Muchos de ellos, buscan ser parte por la ilusión que representa viajar, aprender y vivir en otro estado de México o país, así como expandir sus conocimientos académicos y conocer otras perspectivas con respecto a su ciencia de estudio.
Sin embargo, el sueño fue interrumpido para quienes lo realizan este semestre; la pandemia generada por Covid-19 determinó una serie de cambios al obligar el aislamiento en casa en la mayor parte del mundo y trasladando la educación a clases en línea, acciones que debieron acatar los estudiantes de la UAA en las entidades y países en donde se encuentran de intercambio.
Actualmente, en Chile se vive un repunte de casos por este virus, con más de 118 mil personas contagiadas y casi mil 400 personas fallecidas hasta el 4 de junio, forzando a aumentar las medidas de seguridad e higiene en toda la nación.
Estos hechos han generado un ambiente de inseguridad, estrés y preocupación por parte de los 18 estudiantes de la UAA en el país sudamericano, quienes actualmente solicitan a la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) el envío de un vuelo humanitario para ellos y otros alumnos de universidades mexicanas cuyo regreso permanece en la incertidumbre por el cierre de fronteras, quiebre de aerolíneas, y ofertas de vuelos incosteables.
Pedro Israel Reyes López, estudiante del octavo semestre de la Licenciatura en Urbanismo del Centro de Ciencias del Diseño y de la Construcción (CCDC) de la UAA, vive en aislamiento desde pocos días después de haber llegado a estudiar a la Universidad de Viña del Mar, en Chile. Tuvo la oportunidad de conocer los campus y recorrer los pasillos que debió de haber caminado diariamente para ir a sus clases en esta institución receptora, pero el primer día de sus clases, les notificaron que esto no sería posible.
El joven viven con su hermana, estudiante de la carrera en Asesoría Psicopedagógica, y otros cuatro alumnos de la institución. Los seis alumnos habitan y conviven en un departamento de 3 cuartos y dos baños. El poco espacio físico y emocional para vivir el encierro, se suman a las dificultades que surgen de tomar clases en línea, muchas de ellas compartidas con sus compañeros ya que estudian la misma carrera, o no cuentan con un espacio adecuado para realizar sus dibujos y planos.
“Soy muy práctico, me gusta estar haciendo trabajos, lo malo de lo online es que es estar horas escuchando a los profesores, además somos seis personas viviendo en la misma casa y tres de nosotros estudiamos lo mismo, nos dificulta un poco llevar las clases porque estamos acostumbrados a tener actividades práticas por el tipo de carrera que estudiamos” señala el estudiante.
En Viña del Mar hay toque de queda, cuenta Pedro; no se puede salir de casa de 10 de la noche a 5 de la mañana. En el supermercado, la entrada es obligatoria con cubrebocas y se toma la temperatura en el acceso. Además de no poder conocer por lo menos la ciudad, los alumnos buscan maneras de ahorrar dinero al comprar alimentos que permitan cocinar para todos a la vez, pues el recurso disminuye y no hay fecha de regreso a casa.
A pesar de que las clases en su universidad terminan el 18 de julio, Pedro asegura que, de existir una opción que les permita volver a México que no implique más gasto para su familia, él y su hermana la tomarían sin pensarlo.
Es por ello que se ha sumado al movimiento #JuntosRegresaremos el cual ha sido respaldado por la institución, y a través del rector de la UAA, el doctor Francisco Javier Avelar González se solicitó al canciller Marcelo Ebrard el apoyo de un vuelo humanitario para volver de manera segura. Se espera tener una pronta respuesta de las autoridades de nuestro país y así puedan regresar a Aguascalientes, de donde salieron con la ilusión de vivir una experiencia exitosa de movilidad.