*También debe incluirse actividad física, de preferencia al aire libre y aplicando todas las medidas sanitarias
*Un desayuno adecuado contribuye a la prevención de la obesidad, mejora el rendimiento intelectual, físico y la actitud en el trabajo escolar
Redacción.-
Derivado del prolongado confinamiento a causa de la pandemia por COVID-19 en México, se prevé que los índices de obesidad y sobrepeso se eleven en niños, niñas y adolescentes, enfermedades que en el país afectan a uno de cada tres, señaló Karen Rubí Reyes Rivas, nutrióloga del Instituto de Servicios de Salud del Estado de Aguascalientes (ISSEA).
Al respecto, indicó que ante el inminente regreso a clases es importante que las y los estudiantes lleven una alimentación saludable para que se mantengan sanos, activos y con un sistema inmunológico fuerte para prevenir enfermedades como la diabetes, que cada vez se presenta en edades más tempranas.
Reyes Rivas recomendó a los padres y madres comer en familia, ya que además de fortalecer los vínculos es una excelente forma de crear rutinas saludables; evitar la comida chatarra y los refrescos, ya que son productos altos en azúcares y grasas; fomentar el consumo de agua simple e incluir verduras y frutas todos los días.
Puntualizó que se debe enseñar al menor que es importante la calidad y la cantidad de los alimentos y presentarlos de forma atractiva y variada; establecer un horario y lugar para realizar las comidas y estimularlos a colaborar en la colocación de la mesa y en la preparación de los alimentos.
Añadió que se deben evitar las comidas rápidas porque poseen un alto aporte de sal, azúcares y grasas, con bajo contenido en minerales y vitaminas y una gran adicción a la misma; así como usar preparaciones culinarias sencillas que aporten poca grasa (cocidos, asados, crudos, a la plancha, al horno, al vapor, a la brasa, a la parrilla, escalfados, con microondas) sin sal ni grasas, además evitar los fritos, capeados o empanizados.
Recordó que la distribución dietética del niño en edad preescolar y escolar a lo largo del día debe dividirse en cinco comidas, evitando las ingestas entre horas; además de que debe ser variada, equilibrada e individualizada, sin normas nutricionales rígidas, incluyendo alimentos de todos los grupos.
Por lo anterior, precisó que un buen desayuno contribuye a la prevención de la obesidad, además de mejorar el rendimiento intelectual, físico y la actitud en el trabajo escolar; el desayuno se considera una comida principal y rompe el ayuno de 10-12 horas, por lo que omitirlo interfiere en los procesos cognitivos y de aprendizaje en los niños nutricionalmente en riesgo.
Por otro lado, indicó que es necesario evitar que niñas, niños y adolescentes pasen mucho tiempo frente a una pantalla, de ser posible -dijo- que papás y mamás hagan ejercicio con ellos y los acompañen a realizar otras actividades creativas que les permitan mantenerse en movimiento; el ejercicio físico recomendado es de 60 minutos diarios con actividades al aire libre.