Por El Vigía
APLAUSOS… para el alcalde de Aguascalientes Leonardo Montañez Castro quien optó por no gastar en artistas para celebrar el aniversario de la Ciudad, prefirió emplear esos dineros en la rehabilitación de las muy dañadas vialidades.
Ojalá que el presidente municipal continúe en la misma sintonía, y disminuya el presupuesto en alimentar a tanta foca aplaudidora heredada de las dos administraciones de la hoy diputada federal plurinominal Teresa Jiménez Esquivel, quien creció exageradamente el acuario alimentado con los dineros de los habitantes de la capital de Aguascalientes, comentan los metidos que nunca faltan.
Y es que las focas aplaudidoras se llevan un gran porcentaje del presupuesto municipal, parecen un barril sin fondo hacia donde se van los billetes que bien pudieran canalizarse hacia las destrozadas calles.
¿Cuántos kilómetros de concreto o por lo menos de asfalto pudieran salir de lo que se gasta en el acuario municipal que en realidad no sirve para mucho, por no decir para nada?, se escucha en el socorrido radio pasillo en donde se tiene la esperanza que Leonardo Montañez en verdad deje “su propia huella”.
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SOLO… así dejaron a Alfonso Jurado Ávila, y es que su planilla le renunció al comparsa del falso chicahual Javier Luévano Núñez.
Con lo anterior es casi un hecho que será el chapucero de Luévano Núñez el próximo presidente del Comité Directivo Estatal (CDE) del PAN en Aguascalientes, porque luego las cosas cambian de un momento a otro, y todo puede suceder.
Por lo pronto, causó tremendo alboroto como fue ponchado el sumiso de Jurado Ávila, a quien su equipo no le perdonó su entreguismo al bando chapucero encabezado por la dupla Rubén Camarillo-Teresa Jiménez, representada por Javier Luévano, ese que pretendió reelegirse como diputado federal con la mentira de pertenecer al “grupo indígena” de los chicahuales, mismos que se deslindaron de este tramposo.
Bien reza el dicho, “Dios los hace y ellos se juntan”, comentan los juiciosos.
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NEPOTISMO EN SU MÁXIMA EXPRESIÓN… así evidenció EL HERALDO a los carnales Guel Saldívar (Norma, Paco y Fernando), quienes gracias a Verónica Romo “La Cantinflas”, cónyuge del adorador del Dios Baco, o sea, Paco, toda la familia seguirá comiendo con manteca por lo menos tres años más.
Y es que la única diputada – por la vía plurinominal- del RIP, incrustó a su esposo y cuñados en la nómina del Congreso del Estado.
¿Será acaso que no hay más personas que pudieran ocupar estos espacios? ¿En dónde quedan entonces los militantes y simpatizantes del Revolucionario Institucional que se ponen la camiseta tricolor, gracias a los cuales la “familia real” de los Guel Saldívar-Romo obtuvo una curul y becas en el Legislativo?, preguntan los metidos que nunca faltan.
Ya dijera alguien, “esos hermanitos Guel son unas fichitas”.
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