Redacción.-
Era las 11:21 horas del 19 de febrero de la presente anualidad, cuando Ricardo N N encendió su teléfono celular, de la marca Redmi, línea Note 10, ingresó a la aplicación de correo electrónico, tecleó una dirección con contraseña y obtuvo la información y fotografías íntimas de una mujer; contenido que pretendió filtrar para causarle daño; situación que lo mantendrá tras las rejas.
Al imputado se le acusa por los cargos de Acceso Informático Indebido, Violación a la Intimidad Personal, Tentativa de Extorsión y Hostigamiento Sexual, lo que resultó suficiente para que el juez que conoció del caso determinara la continuación de investigación, justificando la medida cautelar impuesta, contando con el plazo dos meses para el cierre de la investigación complementaria.
La agraviada notó algunas fallas en los archivos de su teléfono, sin embargo, les restó importancia y continuó con su rutina habitual, hasta el día 24 de febrero, cuando recibió un mensaje a través de WhatsApp, en el que se le exigía la entrega de 500 pesos en efectivo, además de un favor sexual, a cambio de no divulgar sus fotografías.
Ella no contestó, sin embargo, el sujeto envió el material íntimo a la conversación, lo que derivó en que ella se preocupara, por lo que decidió responderle; tras un intercambio de palabras, el sujeto le envió imágenes grotescas, lo que provocó que ella se sintiera incómoda con la situación.
Así transcurrieron varias horas: mientras el sujeto la amedrentaba, la mujer aumentaba su temor, pues era asediada por el hombre con la finalidad de tener un encuentro sexual, dándole incluso la opción de que solamente le enviara un video de la misma índole.
Ella se negó rotundamente durante la conversación, sin embargo, él le generó demasiado miedo, por lo que accedió a verlo con el fin de terminar con la situación.
Pasadas las 00:25 horas, la víctima acordó de verse con el imputado en las inmediaciones de un domicilio, a donde se dirigieron ambos, momento en el que él le indicó que abordara su motocicleta, para llevarla a un cajero automático con la finalidad de retirar la cantidad monetaria que le exigía.
Luego de unos minutos de camino, llegaron al Centro Comercial Plaza Guadalupe, donde indicó a la mujer que sacara el dinero; cuando ella ingresó para retirarlo, el imputado se alejó por un instante, regresando unos minutos más tarde, acercándose de nueva cuenta.
Al notar un comportamiento inusual en el sujeto, se despertaron las sospechas de policías uniformados de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal, que se encontraban en el sector, quienes cuestionaron lo que sucedía y escucharon a la afectada, que lo señaló directamente por los hechos antes mencionados, lo que resultó de suficiente para detenerlo.
Acto seguido fue trasladado ante el Ministerio Público de la Unidad Especializada en Combate al Secuestro, donde se integró la respectiva carpeta de investigación, sustentada en sólidos datos de prueba.
Fue así como el representante social se desempeñó adecuadamente en la audiencia inicial, lo que hoy deriva en el resultado referido.