*En este recorrido visitó los municipios de Calvillo, Jesús María, San Francisco de los Romo, San José de Gracia, así como las colonias Villa Montaña y Valle de los Cactus en la capital.
*Conversó con campesinos, restauranteros, turisteros, muebleros, jefas y jefes de familia sobre los retos que han tenido que superar para salir a flote durante la pandemia.
Redacción.-
Ricardo Anaya estuvo en Aguascalientes como parte de la gira que ha emprendido para recorrer mil municipios del país. En esta primera visita estuvo en los municipios de Calvillo, Jesús María, San Francisco de los Romo, San José de Gracia, así como en las colonias Villa Montaña y Valle de los Cactus en la capital.
En Calvillo recorrió la huerta de guayaba de Javier Valdivia, quien le compartió los pormenores de la última cosecha. También se maravilló con el trabajo de deshilado de las mujeres, que le ha dado fama mundial a Aguascalientes.
En Jesús María conoció el taller de muebles de Israel Ramírez, quien ha hecho el esfuerzo de seguir trabajando durante la pandemia, para dar empleo a siete artesanos que dependen directamente de esa fuente de ingresos.
Anaya comió carnitas en San Pancho. Ahí platicó con Miguel, del restaurante “El Taco Loco”, sobre las afectaciones que ha sufrido el sector restaurantero a causa de la pandemia. Estuvieron de acuerdo en que hacen falta mayores apoyos para superar esta etapa.
En San José de Gracia, Anaya acudió al santuario del Cristo roto, y platicó con los turisteros del lugar. Pedro Rodríguez le explicó cómo ha afectado la baja del turismo desde que empezó el confinamiento.
En la colonia Villa Montaña Anaya se entrevistó con la familia Valadez Anguiano, cuyos tres hijos tienen graves problemas de salud y dejaron de recibir los apoyos de Prospera, lo cual ha provocado severas afectaciones a la economía familiar.
Finalmente, Anaya visitó a una familia que vive en Valle de los Cactus. Platicó largamente con Mónica Rodríguez, quien trabaja como obrera en Sensata, en el turno de la noche, para sacar adelante a sus tres hijos. Anaya se quedó a cenar y pasó la noche en su casa; conversó con ella y con sus hijos sobre cómo se agravó su situación por la pandemia, pues la fábrica redujo operaciones, por lo que su ingreso disminuyó drásticamente.
Anaya reconoció, en primer lugar, el esfuerzo de la gente trabajadora de Aguascalientes, que no se ha dejado vencer por la situación adversa que atraviesa el país. Igualmente resaltó los esfuerzos de los gobiernos estatal y municipales para brindar apoyo a las familias afectadas, al tiempo que echó en falta los apoyos que debieran llegar por parte del Gobierno federal.
“Por desgracia, lo que las mexicanas y mexicanos sí hacen, cuidando la salud de sus hijos y su empleo, no lo está haciendo el Gobierno federal, que está rebasado en salud y se ha negado a brindar apoyo para mantener las fuentes de empleo”, dijo Anaya.
Manifestó estar sorprendido y conmovido por la fortaleza y capacidad de trabajo de la gente que conoció en cada municipio del estado. “Quise que Aguascalientes fuera uno de los primeros estados que visitara, porque sé que su gente no solo lleva la calidez en el nombre, sino en el corazón. Me voy con mucha esperanza de lo que aprendí aquí”, se despidió Anaya.