Por El Vigía 


PA’ QUÉ SON PASIONES… diría conocida canción que les va perfecto a l@s gatiller@s a sueldo que están bien entrenados para ir en contra de todo lo que diga y haga Arturo Ávila, candidato de MORENA a la Alcaldía de Aguascalientes.


Y es que el Camarillismo-Teresismo ve con preocupación como su muy gris candidato, Leo(ncito) Montañez no ruge, si acaso emite algunos maullidos, toda vez que su campaña ha resultado más fría que un iceberg, por lo que aseguran los enterados, «El Protestante», sumará una derrota más a su hoja de vida.


Por ello, es que los promotores del minino azul envían a sus criados para  tratar de amedrentar a Arturo Ávila quien inteligentemente  no cae en su juego, como sucedió este jueves, cuando una de las focas aplaudidoras alimentadas con el presupuesto municipal se atrevió a criticar la forma de vestir del abanderado de MORENA para asistir a misa.


¡Válgame Dios y María Santísima!, ahora resulta que le quieren ordenar a Arturo Ávila su outfit para entrar al Templo a orar; bueno tal vez quieren ver al candidato de MORENA vestido como monaguillo.


De pena ajena los comentarios de este tipo de personas que se apasionan y hacen suyos pleitos ajenos, comentan los que en todo están.


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CHICAHUAL APÓCRIFO… no le cuajó al panista Javier Luévano Núñez el querer hacerse pasar como integrante de la «etnia» de los Chicahuales como lo registró el presidente nacional de su partido, Marko Cortés, y así lograr la reelección como diputado federal por la vía plurinominal, o sea, sin hacer campaña.


Y es  que a final de cuentas como siempre sucede, la verdad salió a la luz por lo que al seudo chicahual se le cayó el teatrito, siendo así que  Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación echó para abajo su candidatura.


Respecto a este asunto habló Arturo Piña Alvarado, candidato de MORENA a la diputación del Distrito VII, quien tras señalar que los Chicahuales no son una etnia,  ni una comunidad indígena, sino una agrupación que realizan una representación religiosa en las fiestas patronales del municipio de Jesús María, expuso que el gris legislador federal panista falsificó documentos para hacerse pasar como indígena, lo que indignó a los auténticos Chicahuales.


Asimismo, Arturo Piña destacó que Javier Luévano no vive en Jesús María y mucho menos es originario de dicha demarcación; por lo que dijo que es una vergüenza que el PAN sea tan tramposo, con lo que una vez más, el blanquiazul demostró su falta de ética política.


Ni hablar, siga participando, fue el mensaje del TEPJF al falso chicahual, Javier Luévano.


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Seguimos en Vigía…