Por El Vigía

INTOLERANTE… irrespetuosa e insufrible, son tres “cualidades” que se le han acentuado a la mexiquense María Teresa Jiménez Esquivel luego de haber asumido el cargo de gobernadora de Aguascalientes -hoy bautizado de manera ridícula- como “El Gigante de México”.

Resulta que doña Teresa muy en su papel de pequeña emperatriz ahora se da el lujo de decidir quién está y quien no en los eventos en donde ella es invitada, llegando a grado tal de condicionar su presencia si las personalidades que asisten no son de su agrado.

El derroche de intolerancia quedó reflejado días atrás cuando ya de por sí María Teresa Jiménez Esquivel llevaba dos horas de atraso, y para rematarla, condicionó su arribo al sacar del evento a una legisladora federal que, si se ve desde el ángulo correcto, una senadora de la República tiene mayor jerarquía que una mandataria estatal.

Es así como la pequeña emperatriz deja constancia de su verdadera esencia: intolerante ante cualquier señalamiento de algún error; irrespetuosa de los tiempos de las personas, de las formas; nula civilidad política, lo que nos lleva a una gobernadora in-su-fri-ble.

Pero reza conocido dicho, “no tiene la culpa el indio, sino el que lo hace compadre”, refieren los metidos respecto a la grosería hecha a la senadora.

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¡QUE BONITA FAMILIA!… la que se agenció la gobernadora de Aguascalientes, María Teresa Jiménez Esquivel.

Resulta que hasta la foca más decrépita del estanque azul sacó a relucir las linduras de los hermanos Luis Alberto y Ricardo Villareal García, esposo y cuñado de doña Teresa.

No es ningún secreto que el cónyuge y cuñis de María Teresa Jiménez Esquivel son unas fichitas, acusados de saquear las arcas del municipio guanajuatense de San Miguel de Allende cuando los carnales fungieron -en su momento- como alcaldes.

Por lo que la mandataria de “El Gigante de México” no se puede llamar a sorprendida, máxime cuando ella misma era la encargada de recolectar los “moches” como se lo mandataba su otrora coordinador de bancada (hoy esposo) Luis Alberto Villareal, ese que se hizo aún más famoso luego del jolgorio con scorts y en donde al grito de “¡ánimo, Montana!”, el panista zangoloteaba a la dama en comento. Y que de ello María Teresa Jiménez Esquivel fue bautizada por sus mismos correligionarios como “Tere Moches”, ¿verdad Arturo González y Sylvia Garfias?

¡Qué tiempos aquellos!, se cometa en el famoso radio pasillo.

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PRÓSPERO GANADERO… además de asesor del gobierno de Aguascalientes y primer damo de la entidad, todo eso es Luis Alberto Villareal García, quien años atrás -quizá sin saberlo- labraba su próspero futuro al tener como colaboradora a su hoy esposa, María Teresa Jiménez Esquivel.

Tras su fracaso en el intento de reelegirse como alcalde de San Miguel de Allende, le suerte le sonrió a Güicho Beto al mantener la cercanía con la mexiquense, que luego de “ganar” la gubernatura de “El Gigante de México”, un mes después el guanajuatense la desposó, agenciándose así todos los títulos arriba mencionados.

Con ello, dicen que Luis Alberto se da la gran vida, viaja, se alimenta, viste, calza, y aunado a ello se presume como próspero ganadero de reces bravas, quesque socio del queretano Fernando de la Mora, además de cobrar en la administración que encabeza su esposa.

Bien reza conocido dicho, “suerte te dé Dios, que el saber poco importa”, se escucha en el socorrido radio pasillo.

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Seguimos en Vigía…